El 12 de julio de cada año se celebra en nuestro país “El día del
abogado”. Precisamente uno de los principales campos de actuación para el
profesional del Derecho es el ejercicio de la judicatura, el desarrollo de la
función jurisdiccional, la impartición de justicia la cual, además de
realizarla con aspectos de calidad técnica, hoy en día, más que nunca, precisan
de un actuar ético.
Habida cuenta lo anterior, en esta ocasión presentamos el perfil
ético en los juzgadores, concebido en la década de los cincuenta por el ilustre
abogado Don Felipe Tena Ramírez, de acuerdo con los siguientes pensamientos
extractados de esa ponencia:
“…La figura del juez puede ser abordad desde diferentes puntos de
vista, entre ellos dos principales: el técnico y el moral…”
“…El primero, que mira sobre todo al papel y a los poderes del
juez en el proceso, corresponde al derecho procesal. El segundo significa la
aplicación de las normas éticas a la actuación del juez, para obtener reglas
adecuadas de su conducta…”
“…El título que se dio a esta charla se refiere en general al
juez. Pero ante la imposibilidad de examinar al personaje judicial en sus dos
aspectos principales, he elegido exclusivamente el relativo a la ética del
juez…”
“…Ese hombre llamado juez, que se encumbra sobre los demás hombres
para juzgarlos, sólo merece la investidura y respeto cuando dirime los pleitos
precisamente reparando las violaciones que los suscitaron. La cosa juzgada no
basta: la cosa juzgada debe ser juzgada con justicia…”
“…También el buen juez es susceptible de emitir sentencias
injustas; pero a pesar de ello su integridad está a salvo si observa
invariablemente dos reglas fundamentales. La primera consiste en acoplar todos
los elementos para el conocimiento del caso. La segunda estriba en conservarse
inexorablemente neutral…”
“…Otras varias cualidades del juez podrían señalarse, por más que,
aunque referidas a su conducta, no atañen directa y propiamente a su moralidad.
Entre ellas elegiré la urbanidad y la paciencia por una parte, la firmeza de
criterio y la prudencia por la otra…”
“…Yo estoy seguro, señores, de que cada una de las cualidades que
en mi concepto debe tener el juez, existe en la realidad. Y estoy seguro de
eso, porque ni una sola de ellas ha sido inventada por mí, pues lo único que he
hecho es traer aquí lo que he visto en la vida diaria de los juzgados durante
mis años profesionales, dentro y fuera de la judicatura. Es el juez mexicano,
con sus virtudes y defectos, actuando en un medio típicamente nuestro, lo que
he querido presentar ante ustedes. Muy lejos de crear un juez infalible, y por
ello utópico, anuncié desde un principio que el único juez que merece nuestro
estudio es el juez que se equivoca, el que incurre en errores y en injusticias,
porque es el único juez que conocemos en este mundo. Y si emprendimos su
estudio, ha sido para descubrir las reglas que permiten al juez honrado sacar
ilesas su moralidad y su reputación a pesar de sus errores y de sus
injusticias…”
“…Acaso lo quimérico consista en suponer que tal cúmulo de
virtudes pueda darse en un solo sujeto…Pero aunque no exista el juez que sería
suma de jueces, estoy cierto de que no es empresa baldía la de pensar durante
unos minutos en las cualidades a que debe aspirar el juez que tiene conciencia
de su dignidad y de su destino. Es como la estrella hacia la que levantamos la
vista, no para alcanzarla, sino para que nos guíe…”
“…Por lo demás, hay algo que imprime unidad y calor de vida a la
personalidad moral del juez, algo que es capaz de colmar algunas de la conducta
del juez, algo en fin sin lo cual las mejores virtudes adquieren en el juez la
rígida actitud de las espadas. Es eso que se llama piedad, misericordia, amor,
la entrega abnegada a los demás. La misericordia despeja los caminos de la
justicia. La comprensión afectuosa de las debilidades humanas dota al juez de
especial clarividencia y le permite discernir, como el ojo alejandrino, dentro
de la sombra…”
Elaborado
por:
Lic. Mauricio Estrada Avilés
Subdirector Académico
Centro de Estudios Superiores
[1] Fragmentos
seleccionados de la conferencia pronunciada por el Lic. Don Felipe Tena Ramírez
en la Escuela Libre de Derecho en 1953, publicada en la Revista del Tribunal
Fiscal de la Federación. Se agradece a la C. Maria de los Ángeles González
González, personal adscrito a este Centro de Estudios Superiores, la
localización de esta información.